jueves, 24 de enero de 2013

MILLONADAS EN SUIZA, BÁRCENAS... y otros

Cada vez con más transparencia se va viendo que la política la usan más de uno y más de dos para ejercer de ladrones y ladronas. Actuando con absoluta prepotencia, con el menosprecio absoluto hacia "el prójimo", abusando de toda persona que tenga la mala suerte de estar en una situación de debilidad.
Qué vergüenza ajena, qué pena y desencanto, qué rabia y qué tristeza produce lo de las cuentas en Suiza. Una millonada, sin límite, cada caso que aparece, cada individuo, lleva consigo cinco, veinte o qué sé yo cuántos millones de euros.
Al expresidente de la CEOE, Díaz Ferrán, le pillaron haciendo una transferencia de 4,9 millones de €, desde Irlanda a Suiza. Eso quiere decir, por lo menos, "que la cuenta ya existía", en fin, algún euro más debía tener de saldo. Este elemento, ladrón hecho a sí mismo (¿a sus padres no se les caería la cara de vergüenza de ver lo que hace? ¿Y a sus hijos?), por un lado pidiendo a los trabajadores moderación salarial y por otro lado robando a manos llenas con absoluto menosprecio a la hacienda y fiscalidad española.
¿Ese es el ejemplo para el resto de empresarios de la CEOE?
¿Cuántos empresarios realizan las mismas prácticas?
¿Cuánto dinero español está durmiendo en bancos suizos?
Por más actual, lo de Bárcenas, con 22 millones de € escondidos en Suiza. Esto tiene pinta de ser más del tipo sobornos, mafias... más rastrero si cabe. Tan bonitamente, ¡Una cuenta en Suiza con 22 millones de euros!
¡Qué cantidad de acciones empresariales se podrían llevar a cabo con todos esos millones defraudados! Sin duda se trata de miles de millones.
Con un reparto coherente, todos esos millones que los ladrones esconden en Suiza, provocarían un torrente de actuaciones industriales, tecnológicas y de servicios extraordinario en el país. Hay muchas actuaciones que con 200.000 € o 300.000 € generarían al menos 10 o 15 empleos directos. Incluso en el caso de fracasar habrían generado una circulación de dinero de 300.000 € que nuevamente serviría para volver a intentarlo.
Ya sé que esta reflexión no es nueva, que multitud de personas ya la expresan. El quid está en saber quién puede potenciar ese sentimiento y darle respuesta. A mí se me ocurre que algún partido político, que cuente con el respaldo de millones de votantes y simpatizantes que se atreva a dar un vuelco a tanta miseria y abuso del más débil por parte de los miserables ladrones.
Este partido debe liderar moralmente la empresa de recuperar el dinero robado y ponerlo a "producir". También debe predicar con el ejemplo siempre, sin miedo a la verdad. Debe manifestar a todos los ciudadanos cuales son sus compromisos comprobables y exigibles (sin pueriles ambigüedades del tipo Rajoy: -vamos a hacer lo que hay que hacer-.). Debe decir, por ejemplo, si va a aumentar el presupuesto de sanidad, o el número de médicos, o el número de profesores... y no decir como el ministro de educación: Nos gustaría aumentar el número de profesores, pero como no se puede pues lo reducimos. Un partido político que “se moje…”. Sinceramente creo que es el momento de Prometer, o Comprometerse, de decir lo de: Puedo prometer y prometo... Ya que, tanto PP como PSOE están a la suya, con más miedo sus dirigentes (supongo que por sus cobardes servidumbres) que ganas de trabajar por el bien público.
El abuso hacia los débiles es muy alto en las dictaduras. La democracia no tiene que ser una utopía, no tiene que ser un objetivo, sino algo posible y un instrumento para la mejor relación de las personas. Yo quiero vivir en comunidad con todos mis compatriotas; y las conductas incorrectas se pueden frenar y sancionar como corresponda.
A ver si florece un Partido Político capaz de dar respuesta satisfactoria a los que creemos que puede hacerse, y a todos por el bien común.

martes, 8 de enero de 2013

LA PREPARACIÓN DEL PRÍNCIPE

A raíz de la reciente entrevista que el Rey mantuvo con Jesús Hermida, hace unos días, y que tanto ha dado que hablar. Que con cierta intensidad ha sido valorada como condescendiente, a mí también me ha provocado una reflexión en un aspecto aparentemente personal y emotivo pero de trascendencia absolutamente profesional.
Habla el Rey de su hijo, de que lo considera una persona “muy bien preparada”, se reconoce a sí mismo que siendo su hijo “…él que va a decir…”, que presume de hijo, y que firmemente está convencido de su preparación y posibilidades de actuación.
No estaría de más aclarar conceptos, significados y matices. Tal vez no tanto como Sheakespeare que en su obra El Sueño de una Noche de Verano, parodiando la estupidez, pone en boca de un personaje la necesidad de que se advierta al público que va a interpretar a un León (en la obra que están representando) ya que de lo contrario mucha gente se asustaría al verle.
En este caso de la entrevista el decir: “está preparado” ¿qué significa? ¿Preparado para qué? ¿Qué disciplinas o valores implica? ¿Cuál es la definición de los conocimientos, hábitos morales o conductas que atesora?
Supongo que es común entender que cuando una persona, tiene diversas titulaciones, hace múltiples cursos, se le adiestra en diferentes disciplinas físicas y habilidades, viaja y conoce lugares y personas dispares, se le suministra múltiple información, con mayor o menor acierto, y análisis de los hechos que suceden, etc, etc. Debe ser una persona bien preparada, o bien formada, al menos es muy probable y es poco probable que con toda esta batería de recursos y facilidades el resultado sea nulo. Por lo tanto si se ha dispuesto y se dispone de los recursos lo que habrá que valorar es si el objetivo es el adecuado.
Para inaugurar una nueva línea de AVE, figurar en un acto pomposo y extraordinariamente protocolario, para leer un discurso banal dadas las consecuencias que genera y la falta de compromiso de acción posterior… para todo eso tan sólo sería necesaria una persona discreta, de buen carácter, amable y que sepa leer con corrección. Siempre y cuando se considere necesario que haya que embadurnar de suntuosidad  la puesta en marcha de un servicio. Digo esto porque entiendo que este tipo de actividades son las que realiza el Príncipe, o al menos eso es lo que deduzco que es el grueso de su trabajo. Consecuentemente el torrente de Recursos-Preparación aportados está siendo desaprovechado.
El destino del Príncipe es ser Rey, que no es lo mismo que decir que la aspiración es la de ser Rey. Ya que una simple cuestión genética de consanguinidad, formal y legalmente, le da la autoridad para ser Rey. En cambio, yo mismo, puedo tener la aspiración a presidir cualquier entidad o país o lo que sea pero la diferencia es que no tengo la garantía de que pueda cumplirse mi aspiración. Si la Constitución dice que todos los españoles somos iguales y que todos disponemos de los mismos derechos y deberes eso me lleva a concluir que el Príncipe o no es español o la Constitución necesita alguna corrección.
Lo que en realidad me preocupa es el enfoque, orientación o “destino” que se ha dado a toda la preparación recibida. El hecho de poder conducir-pilotar un artefacto, ya sea avión, helicóptero o coche, el hecho de poder hablar varios idiomas y tantos y tantos otros aspectos son más o menos trascendentes si no se tiene una capacidad consolidada para entender el valor humano. Instintivamente dicho valor consiste en permitir que la especie esté protegida y se mantenga y moralmente consiste en entender que las necesidades de las personas (una a una) son siempre la primera prioridad que hay que atender. Que una persona tiene un valor que no se puede medir económicamente, que las personas están por encima de las avaricias y entre todos debemos protegernos de esos ruines valores y eliminarlos.
 Por lo tanto, una persona bien preparada es la que tiene asumido que las personas son el valor primero a preservar, todas las personas, una a una y todas a la vez. Una persona bien preparada es la que no permite que se humille a otra persona, que se abuse de ella, que se denigre o menosprecie. Una persona bien preparada tiene capacidad para procurar bienestar en su entorno o área de influencia, una persona bien preparada no engaña, no es cobarde y tiene la valentía de saber que el respeto a la persona es lo primero que debe atender al aplicar sus funciones o poner en marcha sus responsabilidades.
Desconozco si el Príncipe es una persona bien preparada. Me consta que en el país hay muchas personas bien preparadas, con aspiraciones de gestionar el poder y que debieran optar a conseguirlo, sin privilegios ni herencias arcaicas. El simple hecho de aspirar, competir y conseguir un puesto imprime mayor capacidad de acción a cada aspirante.
Yo no lo olvido, las personas, todas, son siempre la primera prioridad.